Los videojuegos han llegado muy lejos desde su concepción. Los avances en tecnología, internet y las redes sociales han originado innumerables proezas de creatividad y precisión técnica. Sin embargo, al mejorar la calidad también aumentan las expectativas, y el nivel de exigencia de los jugadores es más alto que nunca.
En un mercado saturado de grandes juegos, solo los que ofrezcan una experiencia estelar al jugador podrán destacar entre la multitud. Si quiere que su juego triunfe, ya no es opcional invertir en la experiencia del jugador: el crowdtesting, la gestión de comunidades y la asistencia a los jugadores serán los factores que definan su éxito.