La experiencia de juego es un concepto en constante evolución. La forma de crear videojuegos, venderlos e interactuar con ellos cambia a medida que aparecen y desaparecen nuevas tecnologías. Algunos jugadores han pasado de disfrutar una afición en su habitación a convertirse en deportistas profesionales, gurús de la tecnología, periodistas y creadores de contenido vistos por millones de personas en todo el mundo. Los jugadores ya no son lo que eran hace 20 años, y dentro de otros 20 años pasará lo mismo.
A medida que cambia nuestra idea de lo que es un jugador, también debe cambiar el concepto de lo que es una experiencia de juego estelar. Lo cual plantea una pregunta: ¿cómo son los jugadores del futuro y cómo deben las empresas de videojuegos adaptarse a ellos?