La mayoría de los jugadores está de acuerdo en que los juegos deben ser divertidos. Algunos géneros ofrecen retos gratificantes, mientras que otros transportan a los jugadores a un mundo imaginario sin límites, e incluso en los juegos competitivos más duros la función es la de entretener.
Los videojuegos son amados en todo el mundo por su componente de evasión, pero para algunos jugadores la experiencia no es tan liberadora. El privilegio de hacer cualquier cosa, ser cualquier persona y compartir experiencias significativas con los demás se ve a menudo obstaculizado por el género, la raza, el idioma y, sobre todo, la orientación sexual.